viernes, 16 de agosto de 2013

Ojalá alguien que tenga miedo de perderme... Ojalá.


"Perdón por el retraso", fueron las primeras palabras que ella pronunció. Él esperaba que llegara tarde porque lo tenía cogido por costumbre. Hacía seis meses que no se veían de esta manera. Ya no eran novios, ya no formaban juntos la primera persona del plural, cada uno habían seguido con sus vidas después de hacerse tanto daño y ahora volvían a verse y no precisamente para hablar o eso creían. Ella le saludó, le dio dos besos tal vez porque no sabía que hacer y, él se quedo parado, anonado, no sabía que hacer pero cuando ella se apartó, este la acercó hacia él y la empezó a besar, la tenía ganas; hacía tiempo que no besaba a una chica con tantas ganas, la seguía queriendo.
Últimamente no le había dado tiempo a sentir al amor, todo lo que hacía, lo hacía con prisas, no quería recordarla pero era inevitable. Polvos esporádicos en alguna que otra fiesta y chicas a las que las prometía amor eterno sabiendo que a la única a la que podría seguir queriendo en ese momento era a ella, la dueña de sus recuerdos, la dueña de su memoria, su dueña. Nunca había experimentado eso, esa sensación de que entre alguien en tu vida y te cambie tus pilares de sitio tal vez no para hacerte daño pero para saber donde están situados tus puntos débiles.
Ella. Ella se había quedado parada por un tiempo en el beso que la estaba dando. No sabía si sentía algo o donde podría llegar todo esto. En su momento, ella dio todo por él, pudiendo perder todo, ella apostaba fuerte, le quería pero, ¿le seguía queriendo? No sabía ni por qué estaba allí, ni por qué estaba sucediendo todo eso, no lo entendía; ya no tenía las ideas claras. Al contrario que él, ella si que había vuelto a querer a otra persona. No de la misma manera porque era imposible, eran dos personas totalmente opuestas. Supongo que esta vez debería llegar hasta el final y a la mañana siguiente decidir que era lo que tenía que hacer, lo que no sabía era que la decisión llegaría antes de tiempo.
Fueron a la casa del chico y ella vio todas sus cosas metidas dentro de una caja. La dijo que se lo llevara si esto no iba a seguir para delante, que él no podía seguir viendo sus fotos en aquel álbum, que no podía ver tantos recuerdos en una casa que le estaba comiendo poco a poco. Más a lo lejos, ella vio que en el balcón había un cartel que ponía "se vende". Ella con intriga le pregunto que a dónde se iba y por qué. Él la dijo:

"Ya no puedo más, no puedo aguantar ni un minuto más el olor que hay en mi casa de ti, ¿lo hueles? Es tu perfume, ese que siempre te echabas cada vez que te ibas a ir a tu casa después de pasar una de nuestras noches sin que tu madre lo supiera y yo te decía que no, que luego olía toda la casa a ti. Tú me sonreías y me decías "mejor así te puedes acordar un poquito más de mí, que te hace falta". Lo que no tenías ni idea es que cada noche escribía un poema para ti, versos tan perfectos como la curva que se te forma en la cara. Que tengo 150 poemas dedicados a nuestra historia que se resume a los cinco meses que estuvimos juntos. Todos hablan de lo guapa que siempre estabas y de lo mucho que te quería pero nunca te lo decía. Ese fue mi fallo, quererte y no expresarlo.Y ahora pago impuestos por no quererte; el recordarte todos los días. No voy a mentirte no he rehecho mi vida pero tampoco he estado a pan y agua. Pero me he dado cuenta que no soy nadie sin ti, por lo menos de momento. Que entiendo que en este tiempo tu hayas rehecho tu vida, es normal tu ya no me quieres y no quiero que tú me eches un polvo mientras yo te hago el amor. No le falles, sigue con él. Siempre estaré para lo que necesites pero sé feliz ya que yo un día te hice demasiado daño y ahora pago por ello. Por mí no te preocupes estaré bien, reharé mi vida no sé en cuanto tiempo, dos meses, tres meses, un año o a lo mejor cinco pero estate tranquila y sigue hacia delante. Ahora que ya me he sincerizado puedes coger tus cosas e irte, no tienes porque estar aquí."





Ella le miró a los ojos le agarró de la mano y le dijo:

"Puedo haber rehecho mi vida
 pero si esta es la única vida
que por ahora voy a vivir,
 quiero compartirla contigo".

Vaya mierda. Vaya puta mierda.

El tiempo no hace más que pasar y yo no hago más que perderlo. El verano se me acaba y mis vacaciones aún no han comenzado. Todo va de mal en peor. Se van los mejores y los peores no hacen más que dar por culo. Noches en vela mirando las estrellas y velando la Luna, total, que más queda. Ya he perdido hasta las ganas, las de vivir, las de reír, e incluso las ganas de creer. Vaya mierda, vaya puta mierda de año. Los deseos de año nuevo a la mierda, como mis ganas.